Introducción

El alumnado de Secundaria no es ajeno al avance de ideologías discriminatorias, que promueven la violencia contra “el otro” sobre la base de un nacionalismo excluyente y agresivo. La escuela debe promover actitudes basadas en la justicia y solidaridad, sin eludir la crítica a la realidad existente. Los proyectos de aprendizaje y servicio permiten conocer otras situaciones distintas a las vividas y, a la vez, educar en el compromiso y experimentar la satisfacción de trabajar por el bien colectivo. Durante los tres últimos cursos, el IES La Foia d’Elx ha desarrollado el proyecto “El Sáhara Occidental”, partiendo del saber dejado por experiencias anteriores en nuestro centro. A través de actividades de enseñanza y aprendizaje, charlas, propuestas culturales e iniciativas solidarias, hemos promovido actitudes críticas y el compromiso con el pueblo saharaui en el conjunto de la comunidad educativa (profesorado, estudiantes, familias y personal no docente). Además, la experiencia nos ha permitido mejorar la estructuración y organización de la Asociación de estudiantes e ir formando un núcleo estable de docentes comprometidos con esta tarea. La fase superior del proyecto a la que nos proponíamos llegar, y en la que nos hallamos inmersos este tercer curso, consiste en la puesta en marcha de actividades de cooperación de los propios estudiantes en los campamentos de refugiados saharauis.

Nuestros estudiantes se enfrentan a un mundo en el que, contrariamente a la imagen que se les muestra en redes sociales, anuncios publicitarios y videoclips, el conflicto es la norma; y todo parece apuntar a que así seguirá siendo, probablemente con mayor intensidad, durante su vida adulta. Si bien los jóvenes no son ajenos a esta realidad, no es menos cierto que la adopción de actitudes y sobre todo prácticas solidarias no es lo común entre nuestros adolescentes (como tampoco en el resto de nuestra sociedad), aunque esta es una etapa tradicionalmente conceptuada como de tendencia al altruismo, en relación con la construcción de la subjetividad y de una visión del mundo propia. Si partimos de la idea de que la educación pública debe aportar no solo conocimientos científicos, sino también experiencias relevantes, podemos concluir que la escuela debe procurar proporcionar a los estudiantes vivencias que les ayuden a construir una subjetividad en la que la solidaridad activa y el compromiso con la transformación del mundo que les rodea tengan al menos un peso importante, de manera que puedan enfrentarse a los cambios con los mejores asideros posibles. 

Nuestra historia

El proyecto El Sáhara Occidental surge a partir del recuerdo y la experiencia dejados por un proyecto anterior del centro, Escuela solidaria, desarrollado hace una década. Por aquel entonces, un grupo de profesores logró poner en marcha una iniciativa de envergadura, dirigida no sólo a canalizar ayuda material a entidades educativas de la wilaya de Auserd (Tinduf), sino también a formar personal docente de diferentes áreas en los propios campamentos. Como colofón de todo un curso de organización y formación en nuestro instituto, un grupo de estudiantes de Bachillerato desarrollaba actividades de docencia y cooperación en los campamentos saharauis durante dos semanas.

Desafortunadamente, la situación geopolítica y otros factores hicieron imposible la continuación de aquella Escuela solidaria en su forma original, con lo cual fue perdiendo entidad en nuestro centro. No por ello, sin embargo, dejó de latir su recuerdo ni desaparecieron las ganas de retomarlo, sobre todo a medida que la situación política en aquella zona del Sáhara se iba clarificando.

Por otra parte, durante estos años no ha dejado de existir en el centro un ambiente favorable a la cooperación, lo cual ha hecho más fácil retomar nuestra relación con el pueblo saharaui desde una perspectiva que va más allá de la comunidad escolar. Ya son varios años los que venimos colaborando con la asociación Ayuda a personas refugiadas sirias (Elx), y nuestra Jornada Solidaria anual nos permitió conocer la actividad de Dar al-Karama (Alicante), que mantiene una casa-hospital en la que acoge a niños saharauis que requieren un tratamiento médico prolongado. 

Asimismo, durante el curso 2016/2017 introdujimos una serie de actividades de aprendizaje, en diferentes áreas, relativas a la problemática de las personas refugiadas (o huidas de zonas de conflicto y en busca de refugio). Estas iniciativas han ido manteniendo cierta coherencia como parte de un trabajo más global, incluido en el proyecto de innovación Hamelin, que ya llevaba algunos cursos en marcha.

A partir de aquí, durante el verano de 2017 llevamos a cabo contactos informales con otras dos entidades: la Asociación de inmigrantes del Sáhara Occidental en Alicante (AISOA) y la Asociación Ayuda al Sáhara Occidental (Elx), para explorar posibles formas de colaboración y, sobre todo, ver qué podíamos aportar, como centro educativo, a la población refugiada saharaui. De estas conversaciones surge un enfoque múltiple, que además va entretejiéndose con aspectos del Proyecto Hamelin. Todo ello ha facilitado sumar contactos, forjar relaciones con distintas organizaciones y convertir en un hecho cotidiano su presencia en nuestro instituto. Una de ellas es Dar al-Karama (Alicante), que mantiene una casa-hospital en la que acoge a niños saharauis que requieren un tratamiento médico prolongado, y con la que hemos ido consolidando un vínculo especial durante los últimos años, antes incluso de iniciar nuestro proyecto ApS.

Sobre estas bases, durante el curso 2017/2018 desarrollamos una serie de actividades curriculares que se entretejieron con numerosas iniciativas de contacto con la cultura saharaui y cooperación con los campamentos de refugiados en Tinduf (Argelia). De esta manera, el conjunto de nuestro alumnado se involucró en distinto grado en las iniciativas relacionadas con el ApS, gracias al compromiso asumido por un nutrido grupo de docentes dentro y fuera de sus clases respectivas. La celebración del proyecto fue realmente entrañable, al unir a buena parte de los participantes en actividades y una comida de hermandad en la playa de La Marina.

En este contexto, y tras la experiencia acumulada durante el primer curso, abordamos la segunda edición del proyecto (2018/2019) en una doble dirección: extensiva/centrífuga e intensiva/centrípeta. El primer par de ideas se refiere a la ampliación del entorno al que se ha dirigido el proyecto fuera del centro; el segundo, a la acotación del grupo que debía protagonizar el desarrollo del ApS (la Asociación de Alumn@s) a un trabajo de sensibilización más concienzudo para el conjunto del alumnado y, a la vez, a un desarrollo de las ideas más exhaustivo para determinados grupos de estudiantes. Por lo que se refiere a los objetivos, durante ese curso quisimos concretar más el destino de la ayuda material, lo cual nos llevó a plantear la visita de dos profesoras a los campamentos de refugiados saharauis, con el fin de conocer el contexto y las necesidades de primera mano. Ello nos permitió consolidar una bonita relación con el Centro de Discapacitados de Auserd, que seguimos cuidando. Haber convertido el ApS en proyecto de centro contribuyó a facilitar esta y otras acciones incluidas en él durante el curso.


Las entidades participantes en el proyecto junto a nuestro instituto fueron la ya mencionada Dar al-Karama y la Asociación Ayuda al Sáhara Occidental, en lo que se refiere al movimiento de solidaridad. Junto a ellas, quisimos ampliar el alcance de nuestro trabajo al ámbito institucional para, así, ayudar a extender el impacto del proyecto en el municipio, a través de los acuerdos alcanzados con el Excmo. Ayuntamiento de Elche.

Mientras que con las dos asociaciones mantuvimos encuentros previos a las distintas actuaciones (caravanas solidarias, jornadas culturales y solidaria de nuestro centro, eventos públicos de celebración y difusión, reuniones con las familias participantes en Institut Solidari…), la relación con el Consistorio se desarrolló a través de reuniones con el personal técnico y, en alguna ocasión, los responsables políticos de las concejalías de Educación y Cooperación, con el fin de concretar los medios materiales que pondrían a nuestra disposición. Esta ampliación de perspectivas nos permitió celebrar una Jornada pública de debate, en abril de 2019, así como un Festival solidario, en el que contamos con la ayuda y colaboración de un nutrido número de artistas de la escena local.

Por otra parte, llevamos a cabo colaboraciones puntuales con la Unió Comarcal de CCOOPV Vinalopó-Baix Segura (con el apoyo del Ayuntamiento de Crevillent) y con el IES Nit de l’Albà de Elche, un grupo de cuyas estudiantes participó en la mencionada Jornada de debate y concienciación. Asimismo, realizamos una visita al Centro de Día El Puente (Aspe), para recabar su asesoramiento. De esta manera, intentamos ampliar el efecto local de nuestro proyecto, al mismo tiempo que ajustamos el carácter del servicio a las necesidades detectadas y establecemos nuevas posibilidades de colaboración y alianzas.

La tercera edición (2019/2020) debía suponer el inicio de una nueva fase, Institut Solidari, por la que nuestros alumnos tendrían la posibilidad de tomar un contacto directo con el conflicto, realizando tareas de cooperación con los refugiados saharauis in situ. Una segunda estancia de profesores en los campamentos permitió acordar un plan de trabajo para nuestros estudiantes con las autoridades educativas de la RASD en la wilaya de Auserd. Teníamos avanzada la organización de un nuevo Festival Solidario. Varios docentes estaban desarrollando o preparando actividades de aprendizaje. Y, sobre todo, un buen grupo de estudiantes de Bachillerato se había puesto manos a la obra. Sin embargo, finalmente la pandemia truncó todo el trabajo y el cariño que habíamos puesto en este proyecto.
Pero hasta la peor de las tormentas de arena acaba pasando de largo.